El camino a una vida plena y feliz precisa de un equilibrio entre las dimensiones física, mental, espiritual, emocional y social. En virtud de lo cual, la conexión entre la espiritualidad y el bienestar general es indispensable en nuestra búsqueda por una mejor calidad de vida. Al igual que con las otras dimensiones del bienestar general, una buena salud, también requiere el cultivo y desarrollo espiritual.
La práctica regular de ejercicio aeróbico, siguiendo los principios científicos del entrenamiento físico en cuanto a la duración, frecuencia e intensidad del mismo, mejora la aptitud física y la salud. Un individuo físicamente apto tiene un nivel adecuado de desarrollo cardiovascular para realizar actividades de resistencia en el trabajo y en su tiempo libre, y posee además una adecuada composición corporal.
En virtud de los efectos benéficos del ejercicio planteados con anterioridad, es oportuna la interrogante planteada por el Dr. José Antonio Pacheco, en su columna “Cardiología al día”: “¿Y si el ejercicio físico es tan bueno, por qué lo practican tan pocas personas?; inquietud a la que él, a pesar de lo difícil de contestar, intenta responder con los siete pasos para iniciar y mantener un programa que propone el Dr. Michel Gilwsky, psicólogo clínico en el Cedars-Sinai Center y conocido maratonista:
1. Comience hoy!
No hay un “tiempo ideal”, use cualquier pretexto: año nuevo, tiempo fresco, un amigo, lo que sea, sólo comience.
2. Comience con lo más simple y fácil que usted pueda hacer.
Lo importante es que lo haga todos los días, si es posible, no le parezca que es muy poco, sólo persista y trate de que sea a la misma hora.
3. ¡Tenga éxito!
Persista, persista, persista. Insista más en el tiempo que en la distancia.
4. Aprenda sobre su deporte.
Consulte y lea sobre Ejercicio para la Salud pregunte a sus amigos, compre libros, en fin, interésese.
5. Sea prudente.
No se esfuerce demasiado al comienzo, vaya poco a poco. Descanse cuando sea necesario, no se vuelva obsesivo, ni trate de volverse un atleta.
6. Sea persistente.
Esta es la clave. Si se enferma, si está “muy ocupado”, si hace mucho frío o calor, si no tiene ganas, persevere, haga ejercicio, la persistencia es la mejor manera de crear un hábito resistente a las adversidades.
7. Meta el ejercicio en su vida.
Reúnase con otros que también lo practiquen, ejercítese cuando viaje, manténgase alerta para mejorar su práctica, en fin, disfrute lo que está haciendo.
A los siete pasos propuestos por el Dr. Gilwsky, citado por Pacheco nos permitimos anexar dos pasos más:
Después de los 40 años es bueno realizarse una evaluación médica, que descarte cualquier tipo de contraindicación, ya sea absoluta o relativa. Además, es un buen respaldo tener la aprobación médica para iniciarse en un programa de actividad física y salud.
Evaluarse en los clubes de Ejercicio para la Salud o en un laboratorio de fisiología del ejercicio, donde se establecerá su perfil fisiológico de la condición física, como base para poder prescribir el entrenamiento en forma personalizada.
Continuará…
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