Una alimentación adecuada es una alimentación con conciencia.

por | Nov 11, 2023 | Blog | 2 Comentarios

Una alimentación adecuada es una alimentación con conciencia. Una conciencia que opera en tres sentidos: conciencia de sí mismo, conciencia del otro y conciencia del futuro.

La alimentación es la base de la vida. Todas las actividades del ser humano, desde las más fundamentales, como el respirar, hasta las más complejas, como el pensamiento, dependen de  la energía proporcionada por los alimentos.

Hoy en día se  dispone de una inmensa variedad de alimentos y productos alimenticios capaces de procurar esa energía. También se cuenta con  un volumen sin precedentes de información sobre nutrición. No obstante,  el de la  alimentación adecuada no es un tema sencillo.

Cada ser humano es diferente a los demás en términos de edad, tamaño, composición corporal y actividad. De manera que  los requerimientos alimentarios necesarios  para el logro de un cuerpo sano son únicos para cada quien, en calidad y cantidad.

Un cuerpo sano es esencial a un adecuado estado de salud, pero no es el único componente de ésta.

La cuestión de la  alimentación adecuada  no se agota en la obtención de un cuerpo sano. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es “… un estado de completo bienestar físico, mental  y social y no solamente la ausencia de enfermedades…”  (OMS, 1946). Así las cosas, una aproximación al tema de la alimentación adecuada –al igual que  ocurre con cualquier tema de salud-  debe incluir consideraciones relativas al  bienestar psíquico y social de las personas.

El bienestar mental  es subjetivo. Tiene que ver con cómo las personas se sienten con su vida. De allí que actualmente la evaluación de una intervención en salud -por ejemplo la adopción de un régimen alimentario dado- se considera incompleta si no toma en consideración la percepción que el individuo tiene respecto a ella. Básicamente, se trata de valorar cómo se siente cada ser con la vida –y en este caso, con la alimentación- que lleva.

La sensación de bienestar es subjetiva, no obstante es tan esencial a la salud como puede serlo un curpo sano.

El bienestar social tiene que ver con la relación que las personas mantienen con su entorno. Las valoraciones de las intervenciones   en salud en términos de bienestar social  suelen hacerse desde una perspectiva individual. Generalmente se toma en cuenta  la posición que ocupa una persona respecto a otras -más o menos favorecidas- o respecto a  un estadio que se considera ideal –por ejemplo, la disposición de alimentos de calidad y cantidad adecuada a sus necesidades físicas y psíquicas- . No obstante, posiciones más actuales proponen que, además de un adecuado acceso a bienes y servicios, ese bienestar físico y psíquico está está profundamente ligado al mantenimiento de relaciones de calidad.

Nuestras relaciones son en gran parte responsables de ese bienestar que llamamos felicidad y, por ende, de nuestra salud.

Ahora bien, es importante señalar que evaluar las intervenciones en salud  desde una perspectiva individual  no es suficiente.  Cuando la OMS  introduce en  la noción de salud  consideraciones psíquicas y  de relación con el entorno, le  imprime  una inimaginable amplitud.  La carencia, la incertidumbre o la injusticia generan depresión, miedo y rabia. Nadie puede decirse sano en un medio donde estos elementos estén presentes. De esta manera la salud de cada uno queda inexorablemente vinculada a  la salud del otro. Un otro que, por lo demás, no se agota en quienes comparten este tiempo y espacio.  Se trata de un otro total que comprende al otro del presente y al otro del futuro. Y es así como la noción de salud entronca con una dimensión ecológica según la cual, cualquier intervención en salud será adecuada en la medida que produzca bienestar en el presente, al tiempo que garantiza el bienestar de los que vienen.

Así vista, la noción de salud adquiere una amplitud inconmesurable. Habrá salud en la medida que  todos y cada uno seres humanos que coexisten en el planeta gocen de bienestar físico, mental y social, al tiempo que se garantiza el disfrute de dicho bienestar a los que vendrán.

La alimentación, base de la vida y la salud no escapa de estas consideraciones. Cualquier intervención en alimentación –individual o colectiva- no puede decirse adecuada si no se hace con conciencia. Conciencia que  opera en tres sentidos:

Conciencia de sí mismo.

Cada individuo  debe conocer las propias necesidades alimentarias, en términos de calidad y cantidad y ajustarse a ellas. En ese ajuste, no se deben descuidar los aspecto psíquico –y espiritual-  y social. De manera que el régimen alimentario debe tomar también en cuenta el significado que el alimento tiene para cada quién como ser individual –por ejemplo, qué le recuerda, a qué lo remite, – y como parte de una cultura –por ejemplo, qué alimentos son culturalmente aceptados y/o rechazados-.

Conciencia del otro.

Cualquier intervención en alimentación  debe considerar cómo el acto de comer puede afectar a otros. De manera que debe tratarse de un régimen solidario con aquéllos que también requieren comer –comiendo lo necesario-,   aquéllos que producen lo que se lleva  al plato  -optimizando lo producido- y aquéllos que sirven de alimento –descartando el consumo de productos de origen animal-.

Conciencia del futuro.

Una intervención en alimentación no será completa sin una visión ecológica que contribuya al aprovechamiento racional de los recursos del presente y del futuro –consumir  productos  orgánicos de producción local, de ser posible, y reducir los desechos son algunos ejemplos de acciones de este tipo-.

La noción de salud de la OMS plantea un verdadero reto a planificadores y ejecutores de planes de salud en general y de programas de alimentación en particular. Un reto que concierne a las comunidades organizadas, a profesionales del área pero también  a cada uno de los individuos que hacen vida en este planeta. Un reto que se circunscribe a la toma de conciencia.

Fundamentalmente, la conciencia del otro que, a la final, es conciencia de uno mismo dentro de la increíble trama de la vida.

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Redactado por Daniela Bettiol

Nutricionista egresada de la Universidad de los Andes especializada en alimentación vegetariana vegana. Diplomado como Promotora de Ejercicio para la Salud y Diplomado en Alimentación para la Salud de la misma Universidad. Vegana convencida, ofrezco apoyo a quienes desean transcurrir por el fascinante estilo de vida vegano en salud y armonía para consigo mismos y para con quienes les rodean.

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2 Comentarios

2 Comentarios

  1. Avatar

    Me interesa toda la información, tengo colon irritable.

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    • admin

      Hola Leonardo.
      Gracias por visitar nuestro espacio. Estamoa poniendo todo a punto para incorporar en él información, cursos y servicios de utilidad en eso de la alimentación para la salud. Seguramente por estos días ingresaremos a nuestro blog algún material que puede ser tu interés, de cara a tu condición. En todo caso decirte que el cólon irritable tiene mucho que ver con el estrés y, en ello, puede resultarte útil el ejercicio que propone el Dr. Luis Guerrero en su video del artículo «Respiración», que se encuentra en nuestro blog. Revísalo, intenta practicarlo y, si te parece, nos comentas tu experiencia. Saludos.

      Responder

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