La alimentación es la base de la vida. Todas las actividades del ser humano, desde las más fundamentales, como el respirar, hasta las más complejas, como el pensamiento, dependen de la energía proporcionada por los alimentos.
Hoy en día se dispone de una inmensa variedad de alimentos y productos alimenticios capaces de procurar esa energía. También se cuenta con un volumen sin precedentes de información sobre nutrición. No obstante, el de la alimentación adecuada no es un tema sencillo.
Cada ser humano es diferente a los demás en términos de edad, tamaño, composición corporal y actividad. De manera que los requerimientos alimentarios necesarios para el logro de un cuerpo sano son únicos para cada quien, en calidad y cantidad.
La cuestión de la alimentación adecuada no se agota en la obtención de un cuerpo sano. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es “… un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades…” (OMS, 1946). Así las cosas, una aproximación al tema de la alimentación adecuada –al igual que ocurre con cualquier tema de salud- debe incluir consideraciones relativas al bienestar psíquico y social de las personas.
El bienestar mental es subjetivo. Tiene que ver con cómo las personas se sienten con su vida. De allí que actualmente la evaluación de una intervención en salud -por ejemplo la adopción de un régimen alimentario dado- se considera incompleta si no toma en consideración la percepción que el individuo tiene respecto a ella. Básicamente, se trata de valorar cómo se siente cada ser con la vida –y en este caso, con la alimentación- que lleva.
El bienestar social tiene que ver con la relación que las personas mantienen con su entorno. Las valoraciones de las intervenciones en salud en términos de bienestar social suelen hacerse desde una perspectiva individual. Generalmente se toma en cuenta la posición que ocupa una persona respecto a otras -más o menos favorecidas- o respecto a un estadio que se considera ideal –por ejemplo, la disposición de alimentos de calidad y cantidad adecuada a sus necesidades físicas y psíquicas- . No obstante, posiciones más actuales proponen que, además de un adecuado acceso a bienes y servicios, ese bienestar físico y psíquico está está profundamente ligado al mantenimiento de relaciones de calidad.
Ahora bien, es importante señalar que evaluar las intervenciones en salud desde una perspectiva individual no es suficiente. Cuando la OMS introduce en la noción de salud consideraciones psíquicas y de relación con el entorno, le imprime una inimaginable amplitud. La carencia, la incertidumbre o la injusticia generan depresión, miedo y rabia. Nadie puede decirse sano en un medio donde estos elementos estén presentes. De esta manera la salud de cada uno queda inexorablemente vinculada a la salud del otro. Un otro que, por lo demás, no se agota en quienes comparten este tiempo y espacio. Se trata de un otro total que comprende al otro del presente y al otro del futuro. Y es así como la noción de salud entronca con una dimensión ecológica según la cual, cualquier intervención en salud será adecuada en la medida que produzca bienestar en el presente, al tiempo que garantiza el bienestar de los que vienen.
Así vista, la noción de salud adquiere una amplitud inconmesurable. Habrá salud en la medida que todos y cada uno seres humanos que coexisten en el planeta gocen de bienestar físico, mental y social, al tiempo que se garantiza el disfrute de dicho bienestar a los que vendrán.
La alimentación, base de la vida y la salud no escapa de estas consideraciones. Cualquier intervención en alimentación –individual o colectiva- no puede decirse adecuada si no se hace con conciencia. Conciencia que opera en tres sentidos:
Conciencia de sí mismo.
Cada individuo debe conocer las propias necesidades alimentarias, en términos de calidad y cantidad y ajustarse a ellas. En ese ajuste, no se deben descuidar los aspecto psíquico –y espiritual- y social. De manera que el régimen alimentario debe tomar también en cuenta el significado que el alimento tiene para cada quién como ser individual –por ejemplo, qué le recuerda, a qué lo remite, – y como parte de una cultura –por ejemplo, qué alimentos son culturalmente aceptados y/o rechazados-.
Conciencia del otro.
Cualquier intervención en alimentación debe considerar cómo el acto de comer puede afectar a otros. De manera que debe tratarse de un régimen solidario con aquéllos que también requieren comer –comiendo lo necesario-, aquéllos que producen lo que se lleva al plato -optimizando lo producido- y aquéllos que sirven de alimento –descartando el consumo de productos de origen animal-.
Conciencia del futuro.
Una intervención en alimentación no será completa sin una visión ecológica que contribuya al aprovechamiento racional de los recursos del presente y del futuro –consumir productos orgánicos de producción local, de ser posible, y reducir los desechos son algunos ejemplos de acciones de este tipo-.
La noción de salud de la OMS plantea un verdadero reto a planificadores y ejecutores de planes de salud en general y de programas de alimentación en particular. Un reto que concierne a las comunidades organizadas, a profesionales del área pero también a cada uno de los individuos que hacen vida en este planeta. Un reto que se circunscribe a la toma de conciencia.
Fundamentalmente, la conciencia del otro que, a la final, es conciencia de uno mismo dentro de la increíble trama de la vida.
Me interesa toda la información, tengo colon irritable.
Hola Leonardo.
Gracias por visitar nuestro espacio. Estamoa poniendo todo a punto para incorporar en él información, cursos y servicios de utilidad en eso de la alimentación para la salud. Seguramente por estos días ingresaremos a nuestro blog algún material que puede ser tu interés, de cara a tu condición. En todo caso decirte que el cólon irritable tiene mucho que ver con el estrés y, en ello, puede resultarte útil el ejercicio que propone el Dr. Luis Guerrero en su video del artículo «Respiración», que se encuentra en nuestro blog. Revísalo, intenta practicarlo y, si te parece, nos comentas tu experiencia. Saludos.